El lago Sprinfield, incluso en los capítulos televisivos desde hace ya algunas temporadas, es víctima de desechos industriales, grandes volúmenes de basura y una evidente falta de cuidados. La idealista Lisa (debería ella escribir aquí), junto a un sorpresivo compañero, convence a todos los ciudadanos para que limpien y protejan su valioso lago.
En el mundo real, Organizaciones como Greenpeace, por ejemplo, han llevado adelante campañas de concientización de alto impacto en el intercambio simbólico de nuestras sociedades occidentales, pero que a la larga no han devenido en normas o costumbres que signifiquen una mejora evidente en nuestra relación con el mundo que nos contiene, y del que no podemos escapar. Campañas de reciclaje, de ahorro de agua y energía, y sobre todo de participación ciudadana para afrontar problemáticas tan urgentes como los desmontes en todo Sudamérica o la instalación de pasteras de celulosa sobre el río Uruguay, no son más que cadenas de mails, grandes contenedores de colores ya ausentes en la vía pública o un simple proyecto escolar.
Volviendo a penetrar en la trama del film, e intentando no dar mayores precisiones por respeto a quienes aún no la han visto, es conveniente advertir el impredecible accionar de Homero, respecto de una nueva adquisición animal, con quien logran contaminar el lago Sprinfield de manera trágica e irreversible.Si bien el caso más resonante en nuestro país en los últimos tiempos es la inmediata puesta en marcha de la producción de la empresa Botnia, en todos los países subdesarrollados y en desarrollo, hay innumerables instalaciones que destinan sus residuos tóxicos al entorno natural que las rodea, deteriorando así la calidad de vida no sólo del hombre, sino de toda la flora y la fauna del lugar. Paralelamente a esto, muchos países reciben grandes sumas de dinero por permitir que fábricas extranjeras alojen en estos países sus residuos altamente contaminantes, situación de Argentina hasta hace pocos años, cuando permitía ingresar a su territorio fluidos tóxicos provenientes de otros países.
Escenas más, escenas menos, la película de Los Simpsons gira en torno a la necesaria y urgente toma de conciencia y acción para la recuperación y preservación del medio ambiente. De principio a fin, se desarrolla una fuerte crítica a nuestra condición de seres humanos ante la inexistente y obligatoria armonía con la naturaleza.
El pensamiento de un reconocido filósofo latinoamericano, Rodolfo Kush, es propicia para interpretar la finalidad de esta superproducción. El SER, en su ambición de controlar y aprovecharse de la naturaleza, se enajena de ella y la somete a todo tipo de torturas que la consumen y que, por una cuestión de lógica pura, se vuelve hacia su torturador. El ESTAR, en cambio, contempla pacíficamente a la Pachamama y acepta sus condiciones de vida, que en última instancia son las que le permiten desarrollar una vida, una comunidad consolidada y una cultura que resiste las embestidas de otras cientos que buscan penetrarla y utilizarla. El SER destruye su lugar donde estar; el ESTAR permite ser al lugar donde vive.