El desmonte de grandes áreas de bosques y reservas forestales para la expansión de la actividad agraria y ganadera, se ha tornado una problemática de difícil cobertura periodística, debido a la multiplicidad de intereses que orientan el desarrollo de esta amenaza a nuestro entorno natural. Importantes factores de poder económico ejercen presión sobre el poder político de varias provincias del país, y de diversos territorios en toda Sudamérica, para la autorización de defosrestaciones que provocan innumerables daños de carácter casi irreversibles.
No sólo se expone directamente al suelo y al aire a factores contaminantes, sino que se alteran los ciclos naturales del entorno, como el proceso de lluvias, y el desencadenamiento natural de la vida animal y vegetal propia de los ancestrales bosques que revistieron Argentina hasta hace poco tiempo. Los efectos a largo plazo, se han hecho presente, bajo las formas de desertificación, extinción de especies animales, inundaciones, etc.
Desde la ciudad, donde se toman las decisiones que protegen o abandonan los distintos aspectos de nuestra vida comunitaria, estos fenómenos son percibidos a través de los servicios informativos radiales, televisivos y gráficos, como sucesos lejanos, sin mayores implicancias para nuestra vida cotidiana. Desde las zonas rurales, las poblaciones campesinas y las comunidades aborígenes, junto a quienes conformamos la sociedad argentina, sufren y resisten por partida doble. Mientras prolongamos la agonía de nuestra urbe, estas personas son desplazadas del lugar donde han nacido y crecido, donde se ha forjado su historia y se ha construido su identidad. La tan preciada soja, ocupará el escenario de sus recuerdos. En el mejor de los casos, sólo sufrirán los efectos que el desmonte de áreas cercanas conllevará para su vida cotidiana; enfrentarán inundaciones, cambios climáticos bruscos o dificultades para la provisión de alimentos.
Propuesta obstaculizada
Distintas ONG´s de Argentina han elaborado un proyecto de ley, denominado "Ley de Bosques", que propone la detención de desmontes hasta que cada provincia desarrolle un ordenamiento territorial de sus bosques nativos. Su objetivo es regular el uso del suelo y sus recursos para actividades productivas, a fin de optimizar la protección del medio ambiente e impulsar la utilización sustentable de las áreas forestales.
Desde el sitio web de Greenpeace, principal promotor del proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, se denuncia una aceleración en los otorgamientos de permisos para el desmonte por parte del Gobierno de Salta y de Santiago del Estero principalmente. Este proyecto cuenta con media sanción y es excluido sistemáticamente de las sesiones ordinarias de la Cámara de Senadores.
Actualmente, Greenpeace está llevando a cabo una campaña de recolección de firmas a través de internet, que es difundida e impulsada por sus ciberactivistas. Si querés formar parte de esta campaña con tu voto a favor de la Ley de Bosques, ingresá en el link que se encuentra abajo de este artículo.
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